miércoles, 30 de septiembre de 2015

La magia de leer un cuento antes de dormir




 

El 8 de septiembre es el día de la alfabetización. Tomamos esta oportunidad para concientizar sobre la importancia de la misma para los individuos y la sociedad. La posibilidad de leer y escribir tiene un impacto en muchos aspectos en la vida de una persona. Permite, desde leer un cartel en la calle, hasta contribuir a la sociedad y al crecimiento económico de un país. Y pensar que todo puede comenzar con sólo leer un cuento a un niño antes de ir a dormir; al hacerlo, se abren nuevos mundos de posibilidades y un enorme impacto en su desarrollo.

Compartir un cuento puede ser una de las experiencias más gratificantes tanto para los padres como para los hijos, un momento en el que establecen una profunda conexión. Durante ese momento tan íntimo, el mundo del niño gira alrededor de lo que pasará en la historia, mientras los padres disfrutan de la atención exclusiva de sus hijos.
 
Para los niños, significará mucho más que un recuerdo de infancia. Al hablar, jugar, leer o interactuar con los niños, los padres y otros familiares determinan cuántos estímulos reciben los pequeños. Después de todo, la familia es el principal determinante individual del bienestar de los niños y estas elecciones tienen efectos profundos y duraderos en su desarrollo.

Los niños pequeños necesitan vivir en un ambiente que estimule el desarrollo del lenguaje y la cognición, además de sostener interacciones cálidas, enriquecedoras y estables con su familia. ¿Qué pueden hacer los padres para fomentar este desarrollo en el hogar antes de que los niños vayan a la escuela? La lectura compartida es un buen ejemplo: padres y niños comparten un libro adecuado para la edad de los pequeños, y los padres promueven un rol activo de los niños en la lectura al hacerles preguntas y comentar sus respuestas. Hay evidencia alentadora en Estados Unidos sobre el efecto de este enfoque en el desarrollo del vocabulario de niños en edad prescolar y de jardín de infantes.

Sin embargo, en el mundo en desarrollo, el hecho de que muchos padres de bajos recursos tengan destrezas limitadas (por ejemplo, poca o ninguna escolaridad) podría representar un importante obstáculo. En América Latina es mucho menos probable que las madres con menos educación les lean a sus hijos que las madres con más educación. La excepción es Guyana, donde pocas madres les leen a sus hijos, más allá de su nivel de educación.

Para los niños en edad escolar, varios programas han buscado incrementar la lectura y la alfabetización durante las vacaciones de verano, cuando los niños de sectores socioeconómicos bajos suelen perder terreno en sus logros frente a sus pares de hogares más afluentes, un fenómeno conocido como “pérdida de aprendizaje en el verano”. Los investigadores especulan que este revés se explica en parte por la falta de lectura voluntaria durante el verano. Hay evidencia alentadora de estudios en EE.UU. que sugieren que entregar libros a los niños durante el verano e involucrar en el proceso a padres y maestros puede fortalecer y mejorar sus niveles de lectura.

Los libros no son la única forma de influir en la interacción entre los niños y sus padres o tutores. De hecho, programas piloto sobre crianza diseñados para estimular el aprendizaje en los niños han tenido resultados alentadores.

Los estudios mencionados más arriba y algunos temas relacionados son tratados en la edición 2015 de la publicación emblema del BID, Desarrollo en las Américas (DIA), titulada Los Primeros años: el bienestar infantil y el papel de las políticas públicas

Samuel Berlinski es economista principal del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Tomado de: http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2015/09/04/dia-de-la-alfabetizacion/?mc_cid=253e42b80d&mc_eid=100d622e4a