jueves, 3 de noviembre de 2016

¿Por qué la actitud es más importante que el coeficiente intelectual?

Cuando se trata de éxito, es fácil pensar que las personas bendecidas con cerebros valiosos van a hacer de nosotros polvo desechable. Pero una nueva investigación de la Universidad de Stanford va a cambiar tu manera de pensar (y su actitud).

 JIMENA AZINOVIC  6 febrero 2016













La psicóloga Carol Dweck ha pasado toda su carrera estudiando la actitud y el rendimiento y su estudio más reciente muestra que la actitud es la clave para el éxito. Dweck encontró que las actitudes fundamentales de las personas orbitan entre dos categorías: una mentalidad fija o una mentalidad de crecimiento. 

Con una mentalidad fija, crees que eres lo que eres y que no se puede cambiar. Esto crea problemas cuando te desafían porque cualquier cosa que parece ser más de lo que puedes manejar te hará sentir desesperado y abrumado. Las personas con una mentalidad de crecimiento creen que pueden mejorar con esfuerzo. Superan a los que tienen una mentalidad fija, incluso cuando tienen un coeficiente intelectual más bajo, debido a que afrontan desafíos, tratándolos como oportunidades para aprender algo nuevo. El factor decisivo en la vida es la forma de manejar los reveses y desafíos. Según Dweck, el éxito en la vida consiste en saber lidiar con el fracaso.


Sé apasionado. Las personas empoderadas persiguen sus pasiones sin descanso. No siempre vas a ser el que tenga más talento, pero lo que te falta de talento se puede compensar con la pasión. 

Ten iniciativa. Las personas con una mentalidad de crecimiento saben que no hay tal cosa como un momento verdaderamente perfecto para seguir adelante. Luego, haz un esfuerzo adicional (o dos). 

Espera resultados. Las personas con una mentalidad de crecimiento saben que van a fallar de vez en cuando, pero nunca dejan de esperar nuevos resultados. Esto les mantiene motivados y alimenta el ciclo de empoderamiento. 

Sé flexible. Cuando una situación inesperada desafía una a persona, se adaptan hasta que consiguen resultados. 

No te quejes cuando las cosas no salen bien. Quejarse es un signo evidente de una mentalidad fija. Una mentalidad de crecimiento busca oportunidades en todo, así que no hay espacio para las quejas.

Tomado de:  http://www.forbes.es/actualizacion/631/por-que-la-actitud-es-mas-importante-que-el-coeficiente-intelectual 

lunes, 31 de octubre de 2016

El gusto por la cocina facilitó la aparición del cerebro humano

EVOLUCIÓN HUMANA
Los chimpancés, los animales más próximos a los humanos, tienen capacidad para entender el proceso de cocinado y valoran sus resultados

Fotograma de la película "En busca del fuego", que gira en torno a los esfuerzos de los primeros humanos que trataron de controlar el fuego

Fotograma de la película "En busca del fuego", que gira en torno a los esfuerzos de los primeros humanos que trataron de controlar el fuego


El cerebro es una herramienta muy útil, pero muy cara de mantener. Se suele estimar que, aunque solo constituye el 2% de la masa del cuerpo, consume el 25% de la energía. En reposo, este órgano gasta casi diez veces más que el músculo. Esa característica ha hecho necesario buscar explicaciones a los mecanismos que utilizó la evolución para hacer posible la expansión del cerebro, que ha doblado su tamaño desde hace algo más de dos millones de años, cuando se sitúa la aparición de los primeros humanos.

Un problema fundamental es la alimentación. Para explicar el origen de la gran cantidad de energía necesaria para alimentar el cerebro humano, algunos investigadores, como el español Manuel Domínguez-Rodrigo, han apuntado a una dieta cada vez más carnívora. Otros, sin embargo, consideran que la carne sola no resolvería el problema.

Richard Wrangham, profesor de antropología biológica de la Universidad de Harvard (EE UU), estima que, si comiésemos como los chimpancés, necesitaríamos cinco kilos de alimento diario para sobrevivir. Además, procesar toda esa comida, en la que se incluyen frutas y algunos animales pequeños, requeriría pasar seis horas diarias masticando. En su opinión, el cambio que habría liberado la energía necesaria de la comida es la cocina. Pasados por el fuego, los alimentos se vuelven más fáciles de digerir y en la misma cantidad que crudos dejan más calorías en el organismo.

Un chimpancé dedica casi la mitad de su día a masticar, frente al 4,7% requerido por los humanos

La semana pasada, Félix Warneken, Alexandra G. Rosati, de las universidades de Harvard y Yale (EE UU), publicaron los resultados de un estudio que sugiere que el germen de la capacidad para cocinar habría aparecido hace más de seis millones de años, cuando vivió el último ancestro común entre los humanos y el chimpancé, nuestro pariente más cercano. 

En un grupo de experimentos con chimpancés, mostraron que estos animales prefieren la comida cocinada a la cruda, entienden lo que sucede con la comida cruda cuando se cocina y pueden aplicar ese conocimiento en distintos contextos, y son capaces de guardar o arriesgar comida cruda a cambio de tener la oportunidad de cocinarla para comérsela después.

Este gusto por la comida cocinada y la capacidad para entender cómo se produce habría permitido que los humanos comenzasen a pasar sus alimentos por el fuego poco después de controlarlo. Pese a esta tendencia, el problema para la hipótesis de Wrangham se encuentra en la dificultad para encontrar pruebas definitivas del uso del fuego hace casi dos millones de años, cuando comenzaron los cambios que permitieron la aparición de los humanos modernos. Muchos antropólogos consideran que no existen evidencias fiables de dominio del fuego hasta hace medio millón de años, otro momento en el que se observa un salto adelante en la evolución del tamaño cerebral. Para ellos sería posible que el aumento del consumo de carne facilitase la primera revolución y la cocina de los alimentos, la segunda.

Algunos hallazgos recientes, como los realizados en la cueva de Wonderwerk, en Sudáfrica, indican, no obstante, que los humanos de hace más de un millón de años, probablemente Homo erectus, ya utilizaban el fuego, aunque no es sencillo determinar si eso significaba que eran capaces de dominarlo o mantenían fuegos obtenidos de fuentes naturales.

El fuego también facilitó el crecimiento del cerebro favoreciendo la aparición del lenguaje

Una incorporación antigua de la cocina sería una manera de explicar cómo fue posible la transformación física de los humanos que protagonizaron los erectus. La dieta más fácil de procesar habría permitido una reducción en el tamaño de los colmillos y la longitud del intestino, liberando energía para cebar un cerebro en crecimiento.

Sin embargo, el fuego no es lo único que diferencia la dieta humana de la de los chimpancés. En una época de crisis, cuando los cambios climáticos transformaron los bosques tropicales en los que vivían los ancestros humanos en regiones de sabana, se produjeron innovaciones que cambiarían el rumbo evolutivo de aquellas especies de primates. Entre otras cosas, las proteínas de origen animal ganaron espacio en la dieta, a través de la carroña y, luego, de la caza, pero en general se añadieron fuentes diversas de alimentos energéticos. El uso de herramientas, que también se empezó a generalizar en aquel tiempo, ayudaría a sustituir los grandes aparatos digestivos y el tiempo necesario para masticar la comida necesaria para sobrevivir. En un estudio publicado en PNAS, Wrangham y otros colaboradores calcularon el tiempo que los chimpancés, los humanos y algunas especies extintas pasaban cada día masticando y comiendo. Los chimpancés ocupan en estos menesteres el 48% de su tiempo frente al 4,7 estimado para los humanos. Una especie extinta como el Homo erectusempleaba el 6,1% de su tiempo a masticar y comer y los neandertales llegaban al 7%.
Esta liberación de tiempo y energía, además de facilitar cambios físicos habría tenido consecuencias sociales. Eudald Carbonell, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y codirector de los yacimientos de Atapuerca, considera que el control del fuego y su aplicación a la cocina fue relevante para el crecimiento del cerebro humano. Sin embargo, recordando que los grandes cambios evolutivos no suelen tener una explicación única y simple, considera que el papel más relevante del fuego en la humanización “fue sobre todo la introducción del lenguaje”. En su opinión, esta herramienta con la que se construyó la sociedad surgió alrededor del fuego y fue “el lenguaje el factor fundamental que impulsó el crecimiento del cerebro”.

Tomado de: http://elpais.com/elpais/2015/06/10/ciencia/1433931634_070626.html?rel=mas


miércoles, 19 de octubre de 2016

¿Por qué si nuestro coeficiente intelectual es más alto que nunca no somos más inteligentes?

David Robson

  • 18 octubre 2016

Una persona de perfil, en una imagen que representa la idea de inteligenciaImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionSi nos falta la dimensión histórica, somos susceptibles a la manipulación.

A James Flynn le preocupa dejar el mundo en manos de la llamada generación del milenio.
Como profesor de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, se reúne frecuentemente con estudiantes brillantes con un enorme potencial y comprueba que muchos de ellos no están interesados en el complejo pasado del mundo que les rodea.
"Ellos tienen todas estas habilidades modernas y, sin embargo, salen de la universidad sin diferenciarse del campesino medieval que está anclado en su propio pequeño mundo", dice Flynn.
"Bueno, en realidad están anclados en un mundo mucho mayor (el mundo del presente), pero sin dimensión histórica".
El resultado, piensa, es que tenemos puntos de vista excesivamente simplistas sobre los problemas actuales, lo que nos deja expuestos a la manipulación de los políticos y los medios de comunicación.

El efecto Flynn

Me reúno con él para discutir su último libro, titulado Does your family make yousmarter? ("¿Tu familia te hace más inteligente?").
Se trata de una conversación amplia sobre los modos en que el pensamiento humano ha cambiado a través del tiempo, incluyendo un misterioso aumento en el coeficiente intelectual (el "Efecto Flynn", por el cual él es ahora más conocido) y las diversas influencias en pugna por conformar nuestro intelecto durante la vida.
A los 82 años, Flynn es ahora una figura prominente en las investigaciones sobre inteligencia. "Soy un filósofo moral que incursiona en la psicología", afirma.

Ellos tienen todas estas habilidades modernas y, sin embargo, salen de la universidad sin diferenciarse del campesino medieval que está anclado en su propio pequeño mundo"
James Flynn, filósofo, en alusión a los "millenials"

Como parte de esta investigación filosófica sobre la naturaleza de la objetividad, se encontró con las dudosas afirmaciones de que ciertas razas son intelectualmente inferiores.
Examinando la evidencia, vio que el índice promedio para todos (blancos y negros por igual) había estado aumentando constantemente alrededor de tres puntos por década. Sin embargo, pocas personas se habían percatado.
No se trataba de pequeñas y graduales mejorías. De hecho, entre 1934 y 1964 los holandeses habían ganado 20 puntos.
Sin embargo, habían sido ignorados por las mismas personas que administran las pruebas. "Esto estaba justo delante de sus narices y no lo vieron", comenta.

El papel de los genes

Los sicólogos han sabido durante mucho tiempo que nuestros genes juegan un papel en nuestra inteligencia y que su influencia sólo aumenta a medida que envejecemos.
Cuando somos muy chicos, antes de entrar a la primaria, la genética importa relativamente poco: lo que más influye es si tus padres hablan contigo, te leen y practican cosas como contar números.

Dos jovencitas tomándose un selfieImage copyrightAP
Image captionNuestros genes juegan un papel en nuestra inteligencia y su influencia sólo aumenta a medida que envejecemos.

Dos estudios sugieren que los genes representan aproximadamente el 20% de la variación en el coeficiente intelectual a esta edad.
A medida que creces y comienzas a pensar por ti mismo, sin embargo, la influencia de tus padres se desvanece.
Pasas la mayor parte de tu tiempo en la escuela y, si tienes el potencial, tu cerebro se desarrollará de acuerdo con la estimulación adicional.
Pero en general, cuando eres adulto tus genes pueden predecir aproximadamente el 80% de las diferencias entre tú y otra persona.
No obstante, el efecto Flynn era demasiado pronunciado y demasiado rápido para ser explicado por el cambio genético.

Ver a través de "lentes científicos"

Flynn y su colega William Dickens han planteado la hipótesis de que exactamente lo mismo estaba pasando a nuestra mente gracias a los cambios en las demandas cognitivas de nuestra sociedad.
Los índices de Coeficiente de Inteligencia (CI o IQ en inglés) miden cualidades tales como el vocabulario, el razonamiento espacial, la capacidad de pensar en abstracto y de reconocer categorías. En conjunto tienen el propósito de reflejar una "inteligencia general".

Un papel con una operación matemática dibujadaImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionCada vez más se enseña a los niños en las escuelas a mirar el mundo a través de unos "lentes científicos". Eso influye en el incremento del coeficiente intelectual.

Mientras a más niños se les pida ver el mundo a través de unos "lentes científicos", como tiende a ocurrir en las escuelas de países desarrollados, más altas puntuaciones tendrán, sugiere Flynn.
"La sociedad nos presenta diferentes exigencias a través del tiempo y la gente tiene que responder".
Pero no es sólo la educación; algunos investigadores han argumentado que todo nuestro mundo está diseñado para hacernos pensar de esta manera, debido a unacreciente dependencia de la tecnología.
Como consecuencia, todos nos convertimos en personas un poco mejor preparadas para pensar de manera abstracta, lo que ha conducido a un incremento de al menos 30 puntos en el CI en el último siglo.
El aumento en el coeficiente intelectual no significa tal vez que hemos incrementado nuestra capacidad intelectual, sino que estamos afinando nuestra antigua maquinaria mental para el mundo moderno, en lugar de actualizarlo por completo.
Sin embargo, Flynn sostiene que las mejorías son "sociológicamente significativas", y que reflejan cambios reales en el pensamiento.

Moldeable para siempre

Flynn lo compara con el ejercicio físico: somos moldeados por el deporte que escogemos.
"El cerebro es un músculo y un cambio en el ejercicio mental influye en el cerebro, tanto como si dejaras la natación por el levantamiento de pesas", dice.

Una imagen de rayos X de una cabeza y el cerebroImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionEl cerebro es moldeable hasta el final de la existencia.

El CI es moldeable durante toda la vida. Eso significa que las personas de edad avanzada todavía pueden mejorarlo, gracias a una mejor salud en general (que está vinculada a la inteligencia) y a carreras de más duración y más exigentes intelectualmente, que mantienen activo su cerebro durante más tiempo, frenando su declive.
El análisis de Flynn muestra que incluso unos pocos puntos de CI pueden determinar tu camino en la vida.
Para un muchacho bastante talentoso, entrar en la universidad en Estados Unidos, por ejemplo, viviendo en un hogar un poco más académico podría impulsar su puntuación en los exámenes lo suficiente como para permitirle obtener una plaza en una universidad de prestigio.
Flynn no es un derrotista: no importa nuestro entorno familiar, todos tenemos el poder para tomar nuestro desarrollo intelectual en nuestras propias manos.
Después de todo, los estudios demuestran que nuestras circunstancias actuales dan forma a nuestro actual CI más que nuestra historia pasada.

Otras formas de "mejorar el cerebro"

Le pregunto de qué otra manera podía esperar recibir una mejora en mi cerebro.
"Te puedes casar con una persona, no porque luzca como una estrella, sino porque has hallado un desafío intelectual", me aconseja. "Ella te introducirá en un mundo de las ideas y sus compañeros harán tu vida mucho más interesante".

Una niña jugando con una tabletaImage copyrightTHINKSTOCK
Image captionPuede que nos entendamos con la tecnología, pero eso no nos hace más sabios...

Lo que nos lleva de vuelta al motivo de su preocupación acerca de la Generación del Milenio.
A pesar de los aumentos en el IQ, le preocupa que no estamos comprometiendo nuestra mente de manera efectiva en los temas que importan.
"No estoy siendo sombrío, pero en realidad la principal cosa intelectual que me molesta es que los jóvenesestán leyendo menos historia y menos novelas serias de lo acostumbrado", dice, alegando que deberíamos tener conocimientos de las crisis que han delineado la historia del mundo antes de formarnos opiniones sobre la política actual.

La principal cosa intelectual que me molesta es que los jóvenes están leyendo menos historia y menos novelas serias de lo acostumbrado"
James Flynn

George Orwell, dice, trazó una realidad distópica donde el gobierno reescribe la historia para controlar y manipular a la población.
"Pero todo lo que necesita son personas sin conocimiento de la historia que luego viven en la burbuja del presente, y configurando esa burbuja el gobierno y los medios de comunicación pueden hacer lo que quieran con ellos", añade Flynn.
En otras palabras, nuestros IQ pueden haber aumentado, pero esto no nos ha hecho más sabios.
"La lectura de la literatura y la historia es lo único que va a sacar provecho del incremento del índice de inteligencia del siglo XX y hacerlo políticamente relevantes", dice Flynn.
Tomado de: http://www.bbc.com/mundo/vert-fut-37629184

martes, 6 de septiembre de 2016

El impactante hallazgo sobre la contaminación en cerebros de personas que vivieron y murieron en Ciudad de México

Es la primera vez que se encuentra evidencia de que partículas de la contaminación pueden llegar al cerebro.

Redacción
BBC Mundo
Brain
Image copyrightZEPHYR/SCIENCE PHOTO LIBRARYImage caption

Los desechos tóxicos de la contaminación del tráfico pueden, literalmente, llegar a tu cerebro.
Al menos eso se desprende de la evidencia presentada en un estudio realizado en muestras de tejido cerebral.
Investigadores de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, descubrieron que pequeñas partículas de metal que se desprenden de los gases de escape de la combustión pueden introducirse por la nariz y viajar hasta el cerebro humano.
Una vez allí, sugieren los científicos, pueden causar daños en el cerebro y contribuir, por ejemplo, a la enfermedad de Alzheimer.
El hallazgo, afirman los investigadores, presenta una nueva serie de preguntas sobre los riesgos de la contaminación ambiental en la salud.
"Impactante"
Varios estudios en el pasado se han centrado en el impacto del aire contaminado en los pulmones y el corazón.
Pero ésta es la primera vez que una investigación se centra en el efecto en el cerebro.

Ciudad de México
Image copyrightAPImage caption
Se estudiaron cerebros de gente que había vivido y muerto en la Ciudad de México, una de las urbes más contaminadas del mundo.

Para el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), los científicos analizaron muestras de tejido cerebral de 37 personas: 29 de ellas, de entre 3 y 85 años, habían vivido y muerto en la Ciudad de México, una zona notoriamente contaminada.
Las otras ocho personas habían vivido en Manchester, Inglaterra, tenían entre 62 y 92 años, y algunos habían muerto a causa de enfermedades neurodegenerativas de diversos grados de gravedad.
Ya se sabía que las nanopartículas de hierro pueden estar presentes en el cerebro, pero por lo general se asume que éstas provienen del mineral que se encuentra de forma natural en nuestro organismo y que se deriva del alimento.
Pero lo que los investigadores encontraron ahora son partículas de otro tipo de mineral, la magnetita.

Gases contaminantes
Image copyrightGETTY IMAGESImage caption
Los investigadores encontraron nanopartículas de magnetita, un mineral que se desprende de los gases de escape de la combustión.

La profesora Barbara Maher, principal autora del estudio, ya había identificado partículas de magnetita en muestras de aire recogidas junto a una calle transitada en Lancaster y frente a una planta de energía.
Sospechaba que estas mismas partículas podrían encontrarse en las muestras de cerbero. Y eso fue lo descubrió.
"Fue muy impactante", le dijo la científica a la BBC.
"Cuando estudiamos el tejido vimos las partículas distribuidas entre las células y cuando hicimos una extracción de la magnetita había millones de partículas, millones en un solo gramo de tejido cerebral".
"Esas son millones de oportunidades para causar daños", afirma.
Orígenes
Para comprobar que las nanopartículas provenían de los gases de escape de la combustión, los investigadores analizaron la forma de la magnetita.

Este mineral también puede estar presente en el cerebro de forma natural, pero en pequeñísimas cantidades, y tiene una forma distintivamente dentada.
Las nanopartículas que se encontraron en el estudio, sin embargo, no sólo eran más numerosas, sino también lisas y redondas.

Había millones de partículas en un solo gramo de tejido cerebral. Esas son millones de oportunidades para causar daños".
Barbara Maher, Universidad de Lancaster

Según los investigadores, son características que sólo pueden crearse en las altas temperaturas del motor de un vehículo o los sistemas de freno.
"Son formas esféricas y tienen pequeñas cristalitas alrededor de su superficie, aparecen junto con otros metales, como el platino, que surgen de los convertidores catalíticos", explica la profesora Maher.
"Es la primera vez que vemos estas partículas de contaminación dentro del cerebro humano. Es un hallazgo que plantea toda una nueva área de investigación para entender si estas partículas de magnetita están causando o acelerando enfermedades neurodegenerativas", agrega.

Gráfica que muestra las placas amiloides rodeando a las neuronas en el cerebro
Image copyrightALFRED PASIEKA/SCIENCE PHOTO LIBRARYImage captionNo se ha logrado encontrar evidencia que de la contaminación conduzca a enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer.
El estudio no mostró resultados concluyentes al respecto.
Los cerebros de los donantes de Manchester, especialmente los que habían muerto de trastornos neurodegenerativos, tenían niveles elevados de magnetita.
En las víctimas de la Ciudad de México se encontraron niveles similares o más altos.
El nivel más alto de magnetita se descubrió en un hombre mexicano de 32 años que murió en un accidente de tráfico.
¿Riesgo de Alzheimer?
Las partículas grandes que desecha la contaminación, como el hollín, pueden quedar atrapadas dentro de la nariz. Otras más pequeñas pueden entrar a los pulmones, y las más pequeñas pueden llegar hasta la corriente sanguínea.
Pero se piensa que las nanopartículas de la magnetita son tan diminutas que pueden pasar desde la nariz y el bulbo olfatorio hacia el sistema nervioso y hasta la corteza frontal del cerebro.

Contaminación en Ciudad de México
Image copyrightAPImage captionEn meses recientes las autoridades en México emitieron varias advertencias de alerta de contaminación en la capital.

Algunos expertos creen que esto podría ser un "riesgo importante" de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer, pero por ahora, subrayan, no se ha comprobado que exista un vínculo.
"Este estudio ofrece evidencia convincente de que la magnetita procedente de la contaminación ambiental puede entrar al cerebro, pero no nos dice qué efecto tiene esto en la salud de nuestro cerebro o en trastornos como la enfermedad de Alzheimer", afirma la doctora Clare Walton, de la organización Alzheimer's Society.

"Las causas de la demencia son complejas y hasta ahora no ha habido suficientes estudios que muestren si vivir en ciudades y en áreas contaminadas incrementa el riesgo de demencia".
"Se necesitan más investigaciones al respecto", asegura la experta.
Prevención
La profesora Barbara Maher -que dirigió el estudio de Lancaster- afirma que su hallazgo la ha forzado a llevar cambios en su estilo de vida para evitar, en lo posible, la contaminación.
"Debido a que la magnetita es tan tóxica para el cerebro, me ha hecho ver la atmósfera que respiro de forma diferente", le dijo la investigadora a la revistaNew Scientist.
"Si camino en una calle muy transitada me alejo todo lo que puedo del borde del andén".
"Si camino una calle inclinada, cruzo hacia el lado donde el tráfico va hacia abajo. "Los vehículos que van de subida generan más materia particulada".
"Si estoy manejando, nunca me paro justo detrás de un auto. En tráfico pesado la mejor opción es tener un aire acondicionado en modo de recircular. Y siempre elijo mi ruta para transitar por las calles alternativas", afirma la investigadora.


Tomado de: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37286480