La
noche del domingo 26 de agosto, agentes de la Dirección Nacional de Delitos
contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro
(Dinased) informan a la madre de Carolina que ese día el cuerpo de su hija fue
hallado abandonado, en el sitio donde se estaban reuniendo las personas.
En la morgue informaron a la madre de Carolina que su muerte
no fue violenta, y que se debía a un edema pulmonar con posible pancreatitis
aguda por la ingesta de alcohol, por considerarse que la muerte fue por causas
naturales, el caso se envía a la unidad de Actuaciones Administrativas de la
Fiscalía donde se tramitan las muertes no violentas, y archivado en diciembre
de 2018.
Sin embargo, la madre empezó a hablar con sus vecinos y
vecinas. Así conoció que una de ellas vecina vio a cuatro jóvenes, llevando a
Carolina hasta un terreno baldío, pensando que estaba ebria grabó un video,
pero al ver que la abandonaron en el terreno y que no se movía, llamó a la
Policía. La madre guardó ese video que le entregó a la Fiscalía, además la
hermana de Carolina ingresó a la cuenta de Facebook de la joven y encontró
conversaciones con dos jóvenes.
Mediante Resolución No.030 de fecha 21 de enero de 2019, el
Pleno del Consejo de Protección de Derechos del Distrito Metropolitano de
Quito, creó la Comisión Ocasional de Violencia de Género, la cual aborda la
emergencia de violencia de género declarada por este Consejo y realiza
observancia a casos emblemáticos; en este contexto se recibió a la madre de
Carolina, y luego del análisis respectivo recomendó a la Fiscalía General del
Estado se acoja la recomendación de la Defensoría del Pueblo y de la Comisión
Ocasional de Violencia de Género, respecto a la aplicación del Protocolo
Latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por
razones de género (femicidio/ feminicidio), por parte de las y los fiscales,
para asegurar una correcta tipificación en el caso mencionado.
Así, la madre logró que la Fiscalía realice la exhumación del
cadáver y se realice una auditoría médica., en la cual se ratificó que la causa
de la muerte fue un edema agudo pulmonar con posible pancreatitis. Pero el
médico legista descartó la intoxicación por alcohol. Se determinó que Carolina
había sido violentada sexualmente, tenía desgarres en la vagina y en el ano,
así como hematomas en su cuerpo y se determinó que la muerte se produjo por
asfixia por sofocación, por vía nasal y vocal durante agresión sexual.
Así, las autoridades de turno anunciaron la reapertura del
caso en marzo de ese año, anunciaron investigaciones al interior de la Policía
y sancionaron dos policías.
Según las posteriores investigaciones realizadas, se
establece que la adolescente falleció en una fiesta tras ser golpeada y
violada, previamente Carolina había confesado a una amiga que quería salir del
grupo que lideraba Christian G, alias "Careniña", quien le había
convencido de ser su novia, le invitaba a fiestas o caídas, donde la drogaba y
la prostituía entre sus clientes. Cuando la adolescente expresó que quería
salir de ese círculo fue agredida y violada brutalmente, lo que provocó su
muerte.
En marzo de ese año fueron detenidas siete personas, cuatro
jóvenes y tres adolescentes, quienes participaron cambiando de ropa al cadáver
de Carolina, ellas fueron sentenciadas a un año de libertad condicional
asistida.
Según testigos, en la noche previa a la muerte de Carolina,
ella estuvo en la casa de “Careniña”, al ser mayor de edad, fue procesado
penalmente, cuando fue detenido tenía un dispositivo electrónico por otro
delito de violación.
El 3 de diciembre de 2019 se realizó el primer día de juicio,
se presentaron 25 testigos y peritos, fue llamado a declarar quien analizó el
video que registró a los cuatro jóvenes botando el cuerpo de Carolina, en la
audiencia no se pudo abrir el CD, lo que generó el cuestionamiento en redes
sociales, si esa evidencia se dañó o perdió.
Entre los detenidos de marzo de 2019 se encontraba Phillips
R. D., norteamericano de 65 años, conocido entre los adolescentes como “El
Abuelo”, relacionado a una empresa petrolera. Ese año una fotografía de él
junto a oficiales de la Policía se volvió viral.
Durante el allanamiento de la casa de “El Abuelo” fueron
encontrados, según el parte policial: ocho celulares, dos cámaras fotográficas,
marihuana, juguetes sexuales, una caja fuerte, “máculas de rastros biológicos”
y “varios documentos y prendas vinculantes”, con imágenes de menores de posible
carácter sexual; con lo que se abre un proceso por trata de menores con fines
de explotación sexual.
Dos semanas antes del crimen Carolina había registrado en su
cuenta de Facebook las fotos de su último cumpleaños, donde estaría en la que
sería la casa de “El Abuelo”, ubicada en el exclusivo sector del Quito Tenis,
cuando fue llamado a dar su versión dijo que no conocía a la adolescente y que
como suele ayudar a chicos, ellos tenían la llave de su departamento. A finales
de marzo de 2019, se difundió un video donde sale “El Abuelo” junto a cinco
jóvenes que buscaban perfiles en Facebook.
Según la Fiscalía, “Careniña” captaba a adolescentes entre 13
y 16 años de edad para que participen en fiestas conocidas como “caídas” que
organizaba en el domicilio de “El Abuelo” en estas reuniones había alcohol, y
se les ordenaba tener, entre otros actos, sexo grupal, que fotografiaba y
filmaba.
Cuando Carolina habría cumplido 16 años, su madre se conectó
con la cuenta de su hija a Facebook, donde recibió mensajes amenazantes de una
supuesta amiga de Carolina, quien le dijo que no sabe con quién se está
metiendo y que se trata de una persona poderosa.
Este caso se dilató muchas veces, finalmente el 11 de marzo
de 2020, un tribunal de garantías penales de la provincia de Pichincha dictó
una sentencia condenatoria de veinticinco años y cuatro meses para Phillips R.
D. “El Abuelo” y otros procesados, entre ellos “Careniña”, por el delito de
trata de personas con fines de explotación sexual.