Con los años, la
capacidad auditiva se deteriora y dificulta la escucha especialmente en
entornos ruidosos. Las personas de más edad reclutan nuevas zonas de la materia
gris para compensar

'La gran belleza', la película de
Paolo Sorrentino, cuenta con una gran escena de fiesta con personas que suelen
oír mal en entornos ruidosos
Con la edad, se pierde capacidad auditiva, especialmente en determinadas
frecuencias. Hace una década, se planteó la posibilidad de disolver botellones
y otras concentraciones molestas de jóvenes con un pitido que solo ellos eran capaces de escuchar.
Precisamente en ese tipo de concentraciones, como conciertos y bares con la
música alta, la gente mayor encuentra más dificultades para entender bien a sus
interlocutores. Como cualquier otra máquina, el oído se gasta y la señal que
envía a nuestro cerebro pierde claridad, pero nuestro organismo reacciona ante
ese deterioro que provoca la edad para intentar compensarlo.
En un estudio que se publica esta semana en la revista Nature Communications, un grupo de científicos liderado
por la investigadora china Yi Du ha tratado de observar cómo lo hacen.
Empleando técnicas de imagen por resonancia magnética funcional, comparó la
actividad cerebral de 16 adultos de entre 21 y 34 años y otros tantos de entre
65 y 75 mientras intentaban identificar una serie de sílabas que se reproducían
para ellos. Su estudio mostró que en los mayores se observaba una mayor
actividad en las regiones frontales del cerebro implicadas en el habla y la
gestión de la información necesaria para moverse. Este incremento en la actividad
en esas zonas estaba relacionada con una mejora en la capacidad de estas
personas para diferencias sonidos de distintas palabras en un entorno ruidoso.
Los autores del trabajo, que señalan que ese aumento de la actividad no
se produce en los jóvenes, consideran que tiene como función compensar la
pérdida de capacidad auditiva. Este descubrimiento complementa otros anteriores
que mostraban que las personas mayores eran capaces de activar regiones
relacionadas con capacidades cognitivas generales para mejorar la comprensión
del lenguaje en ambientes ruidosos.
Yi y su equipo comentan también que este conocimiento de las vías en que
el cerebro se reorganiza puede servir para crear técnicas de rehabilitación que
ayuden a las personas mayores a mantener su capacidad de comunicación pese al
envejecimiento.
Tomado de: http://elpais.com/elpais/2016/08/02/ciencia/1470159101_414509.html
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