Un estudio
demuestra que las palabras similares activan las mismas áreas cerebrales y que
el lenguaje no solo es cosa del lado izquierdo del cerebro
Recreación
del córtex cerebral. Los colores indican las categorías de palabras que activan
las distintas áreas del cerebro. ALEXANDER
HUTH
El cerebro usa un atlas para las palabras. Los términos con significados
parecidos o relacionados activan las mismas áreas cerebrales. Según un estudio
basado en imágenes de la actividad cerebral mientras se escuchan historias,
esta colección de mapas de conceptos es similar entre distintas personas. La
investigación también contradice la idea generalizada de que el lenguaje solo
es cosa del lado izquierdo del cerebro.
El lenguaje es una de las funciones más elevadas del cerebro humano. Del
procesamiento de sus distintos componentes (fonemas, morfemas, sintaxis o
significados) se encarga la corteza cerebral, la estructura cerebral más
compleja y reciente desde el punto de vista evolutivo. Un subconjunto de áreas
cerebrales del córtex, denominado sistema semántico, está especializado en el
significado de lo que se oye, lee o piensa.
Ahora, un grupo de científicos de EE UU han mapeado el sistema semántico
del cerebro. Descubrieron que el procesamiento del significado de las palabras
activa patrones cerebrales muy complejos en el que intervienen decenas de áreas
neuronales. Pero, dentro de esa complejidad, encontraron que los términos
pertenecientes a una misma categoría (personas, lugares, números, conceptos
sociales, emociones...) activan las mismas áreas del sistema.
"Nuestros modelos semánticos son buenos prediciendo las respuestas
al lenguaje en amplias zonas del córtex", dice el investigador de la Universidad de California Berkeley y
coautor de la investigación, Alex Huth. "Pero también logramos información
detallada que nos revelaba qué tipo de significados eran representados en cada
área del cerebro", añade.
Para llegar hasta este diccionario cerebral, los neurocientíficos
reclutaron a siete voluntarios. Estos tuvieron que meter la cabeza en un
escáner cerebral mientras escuchaban dos horas de The Moth Radio Hour,
un popular programa radiofónico estadounidense en el que los intervinientes
cuentan historias personales. Mediante una técnica de imagen por resonancia
magnética funcional, los investigadores registraron la actividad cerebral
durante la sesión.
En paralelo, según explican en la revista Nature,
descompusieron las historias del programa para tener el guión completo, con
todas y cada una de las palabras, cuándo y cuántas veces aparecían. En total,
obtuvieron 10.470 palabras. Aunque con la ayuda de potentes ordenadores
pudieron relacionar casi cada palabra con determinada zona del cerebro, las agruparon
en 12 grandes categorías a modo de continentes para que su atlas fuera legible.
Las palabras (en inglés) madre, esposa, hogar, compañeros, padres... aparecen,
por ejemplo, relacionadas con un aumento de la actividad en la zona donde se
unen el lóbulo temporal derecho y el lóbulo parietal. Los términos con
diferentes significados como top (en inglés
puede significar lo más alto/encima, blusa,cumbre...) provocaban un aumento de actividad en
diversas zonas en función del contexto en el que se usaba la palabra.
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Comparación entre tres cerebros diferentes procesando el mismo pasaje.
Cada color se correspone con una categoría de significados relacionados. ALEXANDER
HUTH
Los investigadores comprobaron además que estos mapas de significados se
reproducen en cada cerebro. Aunque siete individuos suponen una muestra muy
pequeña y más siendo todos de la misma cultura occidental, los distintos
participantes activaban las mismas áreas cerebrales ante los mismos fragmentos
de las narraciones. "Aunque los mapas muestran una gran coherencia entre
los individuos, también hay sustanciales diferencias individuales", aclara
en una nota el autor sénior de la investigación Jack Gallant, también de
la universidad californiana.
De hecho, ya planean profundizar en este campo para despejar muchas de
las preguntas que esta investigación suscita. ¿Hay más de común que de diferente
entre los mapas de cada individuo? ¿existen también atlas para los sonidos
(fonética) o los aspectos sintácticos y gramaticales del lenguaje? ¿La
representación cerebral de las palabras de un discurso es la misma que las de
la letra de una canción? ¿El atlas de palabras del cerebro de un anglohablante
es similar al de un hispanohablante?
Para el investigador del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL)
David Soto, este estudio, del que destaca su uso intensivo de los datos y su
rigor, sienta las bases para responder a muchas de estas preguntas. "El
modelo que han creado sobre esos datos es capaz de predecir cómo va a
representar el cerebro una información que aún no se le ha presentado".
Esta investigación
cuestiona que el lenguaje sea procesado solo por el hemisferio izquierdo del
cerebro
En efecto, tras crear su atlas de palabras, los investigadores quisieron
comprobar su valor predictivo. Para ello, hicieron que los participantes oyeran
una historia del mismo programa pero que nunca habían oído antes. Los patrones
que registró el escáner eran muy similares a los que que el modelo había
previsto.
Hay, por último, un efecto colateral de esta investigación que puede
soliviantar a algún neurocientífico. Hasta ahora, se consideraba demostrado que
hay un marcado efecto de lateralización del lenguaje: la mayoría de las estructuras y
el trabajo neuronal implicado en el procesamiento del lenguaje se encontrarían
en el hemisferio izquierdo del cerebro. Las evidencias de esta lateralización
son clínicas. Tras una lesión en el lado izquierdo, muchos pierden la capacidad
de hablar o procesar el lenguaje.
Sin embargo, este estudio muestra que de las más de 100 áreas activadas
durante las sesiones de radio, casi la mitad se encuentran en el lado derecho
del cerebro. Para los investigadores, el dogma de la lateralización viene
heredado de estudios sobre la producción del lenguaje, no de la comprensión del
lenguaje como han estudiado ellos.
Para Soto, no relacionado con esta investigación, en los últimos años,
"la neurociencia ha venido demostrando que, aunque el cerebro cuenta con
nodos claves que intervienen en cada categoría de estímulos, todo forma parte
de una red neural más amplia".
Tomado de: http://elpais.com/elpais/2016/04/27/ciencia/1461743903_252361.html
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